Llega a los cines 'Animales Fantásticos: Los Secretos de Dumbledore', tercera entrega de la franquicia creada por J.K. Rowling, creadora de Harry Potter. Esta es mi crítica de la película SIN SPOILERS
J.K. Rowling ha demostrado durante décadas el grandísimo don que tiene para contar historias. Pasan los años y seguimos deleitándonos con las páginas de sus novelas, ya sean sobre Hogwarts, viles crímenes que resolver o sobre la conmovedora aventura de un niño que quiere recuperar su juguete. Cuando se puso al frente de la saga ‘Animales Fantásticos’ en 2016 siguió probando por qué es una de las mejores narradoras del mundo actual. Rowling sabe lo que quiere contarnos, pero transmitirlo al lenguaje cinematográfico, con el que no está familiarizada, es un problema grave del que Warner Bros. ha sido consciente. 'Animales Fantásticos: Los Secretos de Dumbledore' tenía la difícil tarea de recuperar a todos los espectadores que se habían perdido en el laberintico guión anterior y, por si fuese poco, también la ilusión en los fanáticos del Wizarding World que también se había mermado.
Y lo han conseguido. J.K. Rowling y Steve Kloves han fusionado fuerzas y conjurado el mejor de sus encantamientos – hasta el momento. 'Los Secretos de Dumbledore' es una película que no peca de estar trenzada con demasiadas subtramas confusas como su predecesora. Tiene una trama más sencilla y concreta, con una estructura mucho más clara, sin demasiados giros, sabiendo en todo momento hacía donde quiere llevar al espectador. Desde el comienzo de la película se plantea el conflicto y el objetivo que todos sus personajes deberán alcanzar. Una vez esbozado el plan, la película corre a un ritmo vertiginoso. 'Los Secretos de Dumbledore' es adrenalina sin límite. Una montaña rusa de emociones que te lleva de lo cómico y nostálgico al thriller político y batallas realmente épicas. Todo perfectamente hilado para desvelarnos, por fin, la trágica historia de amor entre Dumbledore y Grindelwald.
Jude Law y Mads Mikkelsen no podrían estar mejor en sus respectivos papeles de Dumbledore y Grindelwald. Ambos tienen una química arrolladora que traspasa la pantalla. Saben cómo transmitir ese conflicto, esa tensión y tragedia personal que todavía late entre ellos. Y esa tragedia será, precisamente, el hilo conductor de esta tercera historia de ‘Animales Fantásticos’. Veremos las profundas heridas del alma de Dumbledore y nos hará participe de cuánto dolor y culpa lo atormentan desde que se enamoró de un sociópata. Sin embargo, la película dará un paso más: 'Los Secretos de Dumbledore dará respuestas a muchas de las grandes incógnitas planteadas en las novelas de Harry Potter'. Grandes revelaciones con las que los fanáticos llevamos años confabulando y teorizando.
Uno de los aspectos más técnicos en los que la película todavía tiene que trabajar es en la edición y montaje. Cada escena es maravillosa en sí misma, desde las magistrales interpretaciones de los actores, pasando por el vestuario diseñado por la ganadora del Oscar Colleen Atwood, la mimada escenografía y por supuesto, la soberbia banda sonora de James Newton Howard. Sin embargo, hay ocasiones en las que verdaderamente sientes que no hay conexión entre una escena y la siguiente, perfectas y maravillosas en sí mismas, pero sin una unión firme y coherente entre ellas.
En definitiva, 'Animales Fantásticos: Los Secretos de Dumbledore' no es perfecta, pero es un gran paso hacia el buen camino. Es una película muy humana, con muchísimo corazón y con grandísimos momentos que hacen del Wizarding World un lugar al que queramos seguir volviendo. Un mundo que se amplía, que sigue más vivo que nunca y del que hay hambre de más detalles y nuevas historias. Ese mundo en que olvidamos nuestros problemas por un rato y en el que todo es posible: hasta que un muggle tenga una varita.
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